Antes del solsticio de invierno de 1994 viajé a Orlando, Florida donde conocí a mi Maestro. El 25 de Diciembre me reuní con un grupo de amigos y profesores de Kundalini Yoga en México DF. El Maestro llegó a mediados de Enero justo cuando mi billete tenia la fecha de regreso a Barcelona! Por cuestiones inexplicables pude cambiar la fecha de regreso y atender al maestro durante los días del curso que dió en México DF. Tres días después -por carretera- viajamos un grupo de amigos hacía Acapulco al Hotel Princess donde Yogui Bhajan pasaría diez días de descanso. Por cuestiones nuevamente inexplicables pude cambiar por segunda vez el billete que cuando compré en Barcelona me aseguraron no permitía cambio alguno.


Los días en el Princess junto al Maestro fueron autenticas vacaciones. Cada mañana llegaba a su habitación para darle las flores y me recibía con una gran sonrisa y un "My Doctor" que reafirmaba mi satisfacción de ayudar a las personas que me lo pedían. Han pasado unos cuantos años desde entonces y el método para diagnosticar las flores de Bach lo he ido ajustando para conseguir cubrir las necesidades emocionales que la persona tiene en desequilibrio o trabajar en mejorar los aspectos de la personalidad que el paciente necesita armonizar para ir evolucionando hacia un ser estable tanto físico, como mental y emocionalmente.





lunes, 17 de diciembre de 2012

Clematis - Clemátide: Conciencia del presente


Clemátide (Clematis vitalba), la tercera planta medicinal que descubrió Edward Bach, es una planta trepadora y leñosa, una verdadera liana como las que sólo se encuentran en los bosques primitivos tropicales. Crece hacia la luz, cubriendo matorrales, setos y árboles alcanzando los doce metros de altura.
Sus flores son bastante discretas, a diferencia de las del mímulo o de la impaciencia, que son de variado colorido y más bien ostentosas. De cuatro sépalos poco vistosos, de color blanco y cubiertos de pelos (carece de pétalos), surgen numerosos estambres y carpelos blanquecinos que dan a cada flor el aspecto de una nubecilla. Estas cabecitas radiales se agrupan formando inflorescencias umbeladas que salen de las axilas de la hojas vegetativas superiores. Todo el conjunto es delicado, romántico. Un suave aroma, que recuerda al del espino albar, atrae a los insectos para la fecundación. Cuando las diminutas nueces maduran, los estilos adquieren una coloración blanco plateada. Los inflorescencias se convierten en ramilletes plumosos y lanosos por lo que popularmente la planta también es denominada "Barba de Anciano". Durante el invierno las semillas permanecen en la planta madre hasta que los tormentosos vientos primaverales las liberan de los desnudos tallos y las alojan al entorno.
Las flores son formaciones de simetría radial de aspecto bastante inocente, donde no se sospecharía una influencia "animal" astral. Lo animal, sin embargo, se ha transladado a las hojas y al tallo. La planta crece como una serpiente enroscándose en las ramas de los demás habitantes del bosque. Los pedículos, incluidos los de las hojas pinadas, son capaces de sujetarse allí donde encuentren suficiente firmeza.
La clemátide es una de las 1200 especies que integran la familia de las ranunculáceas. Estas familia, o su deva, es extraordinariamente creativa y fantasiosa. Al igual que un artista en busca de su estilo, ha probado prácticamente todas las formas de hojas, flores y colores. Esta variedad parece haber surgido en una oleada de desbordante imaginación: el casco azul del acónito, las flores azules y espinosas de la pajarilla, el amarillo azufre del botón de oro, los variadísimos colores de las peonías, las delicadas anémonas y muchas otras. Las formas de sus hojas también son variadas: aparte de las formas predominantes "de pata de gallo" existen numerosas otras variedades que van desde las carnosas hojas en forma de corazón de las caltas hasta los hojas alargadas del ranúnculo acuático. En ocasiones, como ocurre en el diente de león, durante la metamorfosis de crecimiento aparecen en una misma planta todas las formas posibles de hoja, desde las redondas hasta la plumosas.
Durante la época de floración también se puede observar la plasticidad de esta familia. La clemátide florece desde finales de junio hasta comienzos de septiembre, mientras que otras especies florecen desde principios de la primavera hasta finales del otoño.
Las ranunculáceas son plantas herbáceas que requieren aire fresco y mucha humedad; su nombre en latín ranunculaceae (como ranita) hace referencia a esta necesidad. No temen al frío; eléboro negro (rosa de Navidad) y erenthis hiemalis florecen incluso cuando hay nieve. La clemátide, no obstante, constituye una excepción en este sentido. Es la única de la familia que se propaga hasta los trópicos y se adapta al calor. Debido a sus ansias de luz y altura se la podría llamar la idealista entre los ranúnculos.
Muchas especies de esta familia contienen savias no aptas para comer. En la época de la medicina "heroica" se preparaba un remedio para las ampollas, de efectos irritantes para la piel, que se obtenía a partir de diferentes ranunculáceas. Los campesinos incluso utilizaban la hierba de San Cristóbal para tratar las heridas purulentas del ganado.La clemátide no es una excepción en este sentido. Los mendigos empleaban antaño la savia corrosiva de la clemátide para simular horrendas tumoraciones, motivo por el cual los franceses siguen llamando a esta planta herbe-aux-gueux ( Hierba de los mendigos). En homeopatía, Clematis se emplea para las inflamaciones de la piel, los trastornos del sistema linfático y del sistema genital masculino. Los indios también trataban la sarna y los eccemas con infusiones de esta planta.
La herbolaria astrológica clasifica a Clematis bajo el signo de Marte debido a su fogosidad, y bajo el de Saturno debido a su leñosidad. Por otro lado, esta trepadora levógira (como los vientos) posee un aspecto lunático, en contraste con el de las dextrógiras "regidas por el sol" como el lúpulo. Los campos de fuerza dextrógiros, tanto si se manifiestan en la radiación de la Tierra o en los campos vitales de las plantas, provocan un aumento de la densidad, una materialización o encarnación y un endurecimiento. Los campos de fuerza levógiros, en cambio, tienen efectos disolutorios, desmaterializadores y excarnadores; esto es al menos lo que afirman las personas sensibles que se ocupan de estos fenómenos.
Quizá fuera esta también una de las propiedades que percibió Bach cuando descubrió en la flor de Clematis un remedio para las personas que sueñan despiertas, que huyen de la realidad y aquellas que tienen poca vitalidad. Del mismo modo que la clemátide, que escapa al oscuro suelo del bosque(prefiere los suelos calcáreos "lunáticos" y dirige sus flores hacia la luz, esta esencia floral eleva los estados de ánimo apagados, lunáticos y hace surgir un interés nuevo y vivo por el aquí y el ahora. La ensoñación dará paso a un idealismo creativo y práctico.

Extracto: Flores que curan el Alma, M. Scheffer y W.D. Storl

No hay comentarios: